En el Nuevo Testamento, Dios también instruyo a su pueblo a que
manifestara un profundo interés por los pobres y necesitados, sobre todo
por los que estaban dentro de la iglesia cristiana.
La prioridad de los creyentes en el cuidado de los pobres y necesitados son los hermanos en Cristo. Jesús comparo lo que se les da a otros creyentes con lo que se le da a Él (Mateo 25:40 Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.; Mateo 25:45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.). La iglesia primitiva estableció una comunidad generosa que compartían sus posesiones para ayudar a satisfacer las necesidades de cada uno (Hechos 2:44-45 Todos los que habían creído estaban juntos, y tenían en común todas las cosas; 45 y vendían sus propiedades y sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno.; Hechos 4:34-37 Así que no había entre ellos ningún necesitado; porque todos los que poseían heredades o casas, las vendían, y traían el precio de lo vendido, 35 y lo ponían a los pies de los apóstoles; y se repartía a cada uno según su necesidad. 36 Entonces José, a quien los apóstoles pusieron por sobrenombre Bernabé (que traducido es, Hijo de consolación), levita, natural de Chipre, 37 como tenía una heredad, la vendió y trajo el precio y lo puso a los pies de los apóstoles.). Cuando el aumento de la iglesia hizo imposible que los apóstoles cuidaran de los necesitados de una manera justa y equitativa, se escogió a siete hombres llenos del Espíritu Santo para esa tarea (Hechos 6:1-6 Elección de siete diáconos 6 En aquellos días, como creciera el número de los discípulos, hubo murmuración de los griegos contra los hebreos, de que las viudas de aquéllos eran desatendidas en la distribución diaria. 2 Entonces los doce convocaron a la multitud de los discípulos, y dijeron: No es justo que nosotros dejemos la palabra de Dios, para servir a las mesas. 3 Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, a quienes encarguemos de este trabajo. 4 Y nosotros persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra. 5 Agradó la propuesta a toda la multitud; y eligieron a Esteban, varón lleno de fe y del Espíritu Santo, a Felipe, a Prócoro, a Nicanor, a Timón, a Parmenas, y a Nicolás prosélito de Antioquía; 6 a los cuales presentaron ante los apóstoles, quienes, orando, les impusieron las manos.).
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