Yo calculo que los apóstoles lograron esto en aproximadamente seis meses. ¿En cuánto lugares podemos ver eso hoy? A algunos ministerios les toma entre tres y diez años formar ancianos, ministros y pastores. ¿Funcionaba en ese tiempo algo que no vemos hoy en la iglesia? ¡Claro que sí! El poder de Dios se manifestaba y todos lo veían. Cuando el poder de Dios está presente, produce una atmósfera sobrenatural y el Espíritu Santo transforma y libera a la gente que por mucho tiempo estuvo yendo a la iglesia sin lograr un cambio real.
Una de mis editoras vivió lo que estoy explicando. Ella vino de otro país, cristiana de toda la vida, pero cuando llegó al ministerio tuvo la sensación de no saber nada. Se preguntaba, una y otra vez: ¿Dónde estuve todos estos años? En aquel tiempo teníamos tres servicios los domingos y uno el jueves, y en todos la veía sentada escuchando la revelación de la Palabra y recibiendo la impartición. Ella nunca había recibido eso. En un año creció, maduró y aprendió más que en los 25 años que llevaba de cristiana. Le costaba testificar de Jesús porque no sabía qué responder ante las preguntas de los inconversos. Hoy testifica sin temor porque no sólo adquirió conocimiento revelado, sino que el poder de Dios respalda su testimonio; ella hasido transformada. Ahora es útil en el reino y su vida hace una diferencia en los demás.