Éste es uno de los propósitos más importantes por los cuales Dios nos ungió con Su poder: ser testigos del poder sobrenatural de Jesús. Un testigo es alguien que presencia o adquiere conocimiento directo de una cosa, y que es capaz de presentar evidencias, hablar y dar fe sobre lo que ha visto y oído. Lamente humana es incapaz de producir evidencias sobrenaturales; sólo el poder de Dios puede hacerlo.
Fuimos hechos como Dios para hacer lo que El hace.
Dios nos creó a su imagen y semejanza. Somos Sus representantes en la tierra, haciendo lo mismo que Él hizo. Hacer menos sería un insulto para ÉL ¿Cuándo recibimos el poder para hacer lo mismo que Dios hace? Cuando somos bautizados o llenos del Espíritu Santo.Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8)
Hasta aquí podríamos resumir diciendo que, los principales propósitos por los cuales recibimos el poder sobrenatural de Dios son: formar nuestro carácter, llevar una auténtica vida de oración, servir a Dios, vencer el pecado, derrotar a Satanás, desarrollar un corazón obediente, lograr más en menos tiempo y ser testigos efectivos de Jesús. Con todo, nosotros somos quienes debemos tomar la decisión, comprometernos y llevar Su poder a la acción. Si tomamos la decisión acertada Dios nos respalda, nos da Su poder y Su gracia para salir victoriosos.