1.
El santo
temor de Dios motiva al pueblo de Dios a adorarlo con todo su ser. Si de veras se
teme a Dios, se le adorara y glorificara como señor de todo (Salmos 22:23 Los que teméis a Jehová, alabadle; Glorificadle, descendencia toda de
Jacob, Y temedle vosotros, descendencia toda de Israel). David compara a la congregación que alaba con “los que le temen”
(salmos 22:25 De ti será mi alabanza en la gran congregación; Mis votos pagaré
delante de los que le temen.).
Asimismo, al final de la historia, cuando el ángel celestial que proclama el
evangelio eterno llamar a todo lo que hay en la tierra a que tema a Dios, de
inmediato añade: “ y dadle gloria.. Y adorad a aquel que hizo el cielo y la
tierra [y] el mar”(apocalipsis 14:7 diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle
gloria, porque la hora de su juicio ha llegado; y adorad a aquel que hizo el
cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas.)
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