Adorar, significa besar inclinándose con reverencia. Viene de la raíz hebrea shakjá que significa postrarse; da la idea de caer de rodillas para rendir homenaje a Dios, es un acto de reverencia y humillación. En el Nuevo Testamento, la palabra adoración equivale al término griego proskunéo que viene de pros que significa hacia adelante y kunéo que significa besar. Es decir, proskunéo es besar la mano de un rey con una inclinación hacia adelante; es postrarse con respeto y reverencia; es un beso que expresa un alto grado de sumisión y profunda reverencia, para humildemente suplicar a alguien que haga algo; sólo es comparable al perro que lame la mano de su amo en halagadora muestra de afecto.
Entonces ella vino y se postró ante él, diciendo: ¡Señor, socórreme! (Mateo 15:25)