Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. (Isaías 6:3-4)
Si usted adora con todo su corazón puede hacer que Dios se le revele como lo hizo a través de las Escrituras. En el versículo anterior, cuando se adoró Su santidad Él reveló Su gloria. Muchos de nosotros no llegamos a la iglesia a la hora de la adoración, sino que llegamos más tarde porque nos creemos tan espirituales que creemos que adorar no es necesario y sólo aparecemos para oír la Palabra. ¿Cómo Dios le va a hablar si primero no le adora? La adoración desata los sellos de revelación, entonces cuando la adoración no está llegando a Dios no puede haber revelación, o cuando la medida de adoración no es la correcta, el profeta sólo puede profetizar hasta esa medida, y los milagros creativos no sucederán. Ésta es una de las razones por las que la Biblia dice que la Palabra es como un martillo. En algunos lugares la atmósfera está tan dura que tenemos que golpear. Y la atmósfera está dura por falta de adoración o porque hay una adoración incorrecta.
Dios se revela en la adoración; es decir, la verdadera adoración es evidencia de que Dios se está manifestando. Nosotros no conocemos la adoración fuera de Dios porque fue Él quien la dio a conocer. Cuando el hombre no adora, algo no funciona en su interior. Por otro lado, si no encuentra al Dios verdadero, el hombre desata esa pasión por adorar en otras cosas, todas ellas creadas, incluyendo ídolos y al mismo ser humano