Jesús nos enseñó que "El espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil" (Mateo 26:41 Velad y orad, para que no entréis en tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es débil. ). Así que, si usted desea desarrollar una vida de oración continua por medio de la disciplina, el compromiso y la perseverancia, ésta sólo será posible si usted añade el ingrediente fundamental, que es el poder de Dios. Entonces cuando nuestra carne no quiere buscar a Dios debemos pedir Su gracia, a la cual tenemos acceso por medio de la fe.