La teología es el hombre estudiando a Dios con su mente y su razonamiento. Este estudio es correcto, pero para que sea efectivo necesita la revelación del Espíritu Santo. En otras palabras, la humanidad necesita balancear el conocimiento que deriva del estudio de la Palabra de Dios, del conocimiento que proviene del Espíritu Santo. La combinación entre Espíritu y Palabra es lo que transforma nuestras vidas.