Cuando esta generación vino a la iglesia tratando de encontrar el poder sobrenatural de Dios, no lo halló, porque el Jesús que se predicaba era el hombre muerto e histórico que nos enseñaron en la escuela dominical. Por eso mismo, para ellos, el Cristo poderoso, sobrenatural, vivo, real y resucitado de los muertos resultaba un completo extraño; de modo que cuando la gente veía un milagro no lo creía, porque no tenía revelación del verdadero Cristo. Como consecuencia de esa falta de poder en la iglesia muchos jóvenes salieron a buscar el poder en otra fuente: la del diablo.
La mayoría de los jóvenes adultos de hoy nunca ha visto ni oído acerca del poder sobrenatural de Dios, por lo que su fe es inestable, ya que no está fundada en la revelación de Jesús sino en la sabiduría humana. Hoy en día, muchos buscan poder sobrenatural en drogas, alcohol, adivinación, brujería y ramas semejantes. El deseo de poder que tienen es bueno, pero la forma como intentan satisfacer ese deseo es mala; por lo tanto el enemigo termina destruyéndolos.