La esperanza es una expectativa favorable y
segura de algo bueno. Una esperanza viva tiene un fundamento sólido. A
diferencia de los creyentes, los incrédulos no tienen una esperanza viva.
Algunos de ellos tienen esperanza, pero es falsa. Su esperanza es abstracta
porque no está basada en algo concreto.
Si tienes una esperanza muerta, entonces no
esperas nada. Muchos creyentes no han recibido lo que creen porque no tienen
expectativa. Vienen a la iglesia y van por la vida sin expectativa.
Cuando no hay expectativa de algo bueno, estamos
a la expectativa de algo malo. El miedo es lo opuesto a la esperanza, y no es
más que creer y esperar que algo malo ocurra. Tenemos que cambiar nuestra
mentalidad. Antes solíamos ser gente negativa, pero ahora, ¡tenemos una
esperanza viva!
Otra definición de esperanza es, la manifestación
total de la vida que cada creyente posee. La vida que tú ya posees es la vida
de resurrección. Tu esperanza es que un día esa vida se manifieste de adentro
hacia afuera. Se manifestará completa aquí en la tierra.
“Y ahora permanecen la
fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor” —1
Corintios 13:13
La Biblia nos invita a permanecer en la fe, la
esperanza y el amor. Pero yo creo que la falta de esperanza es una de las
condiciones más tristes del ser humano. La depresión viene de la desesperanza,
que es lo que la gente siente cuando cree que algo está fuera de su control.
No hay nada más triste que un ser humano sin
esperanza. La falta de esperanza es la mayor causa de depresión en una persona.
Expectativa Constante
Dios opera en ciclos, así que al pasar al próximo
año, debemos tener la expectativa que algo bueno va a suceder.
En el cielo hay una expectativa constante de que
Dios haga algo nuevo. Nosotros debemos vivir con esa misma expectativa. Si
constantemente esperas algo malo, no habrá diferencia alguna entre tú y la
gente que está en el mundo, cuya esperanza es abstracta y falsa.
Cómo Caminar en Expectativa Constante
Para que alguien esté en constante expectativa
debe vivir por fe. La gente que vive por fe siempre está a la expectativa que
algo bueno le va a suceder. Esto significa que no mira las circunstancias, sino
las promesas que por fe espera recibir.
Mientras no hagas ni obedezcas, no tendrás
ninguna expectativa. Por ejemplo, tú no puedes esperar ser bendecido
financieramente si no das tus diezmos y ofrendas. Una vez que haces algo y eres
obediente, entonces puedes comenzar a esperar algo. No puedes esperar naranjas
si no te tomaste el tiempo de plantar un árbol.
Cuando hacemos lo que la Biblia dice, eso nos da
derecho a esperar:
“o lo dice
enteramente por nosotros? Pues por nosotros se escribió; porque con esperanza
debe arar el que ara, y el que trilla, con esperanza de recibir del fruto”- 1
Corintios 9:10
La religión te dice que no esperes nada porque lo
que haces lo haces por Dios, sin embargo, la Biblia habla de vivir a la
expectativa. Cada vez que das o siembras en Dios, di: “Jesús, yo espero mi
cosecha”. Debes tener una esperanza viva y esperar recibir una cosecha. Todo lo
que siembres, espera recibirlo multiplicado.
El diablo te dirá que eres un tonto y que estás
perdiendo el tiempo. El diablo te dirá que no sigas haciéndolo, pero tú sigue
sembrando, porque tienes una esperanza viva. Si quieres una gran cosecha tienes
que sembrar una gran semilla. ¡Tienes que hacer algo! Si no haces lo que Dios
te dice que hagas, no esperes nada. El derecho a tener expectativa viene de
hacer lo que la Biblia te dice que hagas. ¿Has hecho lo que Dios puso en tu
corazón y lo que Él dice en Su Palabra? Si lo has hecho, tienes el derecho de
vivir con una gran expectativa.
Lo esperado, lo inesperado, por encima y más
allá
Tú debes esperar lo esperado. Espera que suceda
aquello por lo que oraste. Si traes tus diezmos y ofrendas, tu esperanza es que
Dios abrirá las ventanas de los cielos y que Su favor irá contigo dondequiera
que vayas. Espera lo esperado, y espera lo que Él ha dicho que ocurrirá.
Debemos esperar lo esperado, pero también lo
inesperado. Estos son los rompimientos que no podemos anticipar, como la
llegada de un cheque por correo o un aumento de sueldo inesperado.
“Y a Aquel que es
poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos
o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” —Efesios 3:20
También deberíamos esperar lo que está por encima
y más allá. Nuestro Dios está por encima y más allá de cualquier problema o
circunstancia. Cuando haces lo que sabes hacer debes esperar lo esperado, lo
inesperado, lo que está por encima y más allá. ¿Quién te puede derrotar si
tienes esa clase de esperanza?
Cambia tu perspectiva y di: Algo bueno viene hoy
para mí. Deja que Jesús sea el fundamento de tu esperanza. No permitas que tu
razón mate tu fe y expectativa. En vez de eso, alaba a Dios. Declara que tu
cosecha está en camino, y vive siempre a la expectativa que una gran cosecha
viene.