A través de toda la Biblia el Espíritu se revela como
persona con individualidad propia (2 Corintios
3:17-18 Porque el Señor es el
Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. 18 Por tanto,
nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del
Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el
Espíritu del Señor.; Hebreos 9:14 ¿cuánto
más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí
mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para
que sirváis al Dios vivo?; 1 Pedro
1:2 elegidos según la presciencia de
Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la
sangre de Jesucristo: Gracia y paz os sean multiplicadas.). Es una persona divina como el padre
y como el hijo. De modo que nunca se puede pensar que el Espíritu Santo es solo
un poder o una influencia. Él tiene característica personales, porque piensa (Romanos 8:27 Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del
Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.), siente (Romanos 15:30 Pero os ruego,
hermanos, por nuestro Señor Jesucristo y por el amor del Espíritu, que me
ayudéis orando por mí a Dios,), tiene voluntad (1 Corintios 12:11 Pero todas
estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en
particular como él quiere.), y
tiene la capacidad de amar y disfrutar del compañerismo. Fue enviado por el
Padre a llevar a los creyentes a una íntima presencia y comunión con Cristo (Juan 14:16-18 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con
vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede
recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora
con vosotros, y estará en vosotros. 18 No os dejaré huérfanos; vendré a
vosotros.; Juan 14:26 Más el Consolador,
el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas
las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. ;véase el articulo JESUS Y EL ESPIRITU SANTO). En vista de esas verdades hay que tratarlo
como persona y considerarlo como el Dios infinito que vive en el corazón y es
digno de adoración, amor y obediencia (Véase Marcos 1:11 Y vino una voz de
los cielos que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.).
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