En el Nuevo Testamento, Dios también instruyo a su pueblo a que
manifestara un profundo interés por los pobres y necesitados, sobre todo
por los que estaban dentro de la iglesia cristiana:
Asimismo el apóstol Pablo y la iglesia primitiva demostraron profundo interés por los que tenían necesidad. En los primeros tiempos del ministerio de Pablo, él y Bernabé, representando a la iglesia de Antioquia de Siria, llevaron una ofrenda a Jerusalén para los cristianos necesitados de Judea (Hechos 11:28-30 Y levantándose uno de ellos, llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. 29 Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; 30 lo cual en efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo.). Cuando se reunió el concilio de Jerusalén, allí los que dirigían se negaron a declarar que la circuncisión era necesaria para la salvación, pero si sugirieron que Pablo y sus compañeros se acordaran “de los pobres; los cuales también procure con diligencia hacer” (Gálatas 2:10 Solamente nos pidieron que nos acordásemos de los pobres; lo cual también procuré con diligencia hacer.). Una de sus metas en su tercer viaje misionero fue recoger dinero para “los pobres que hay entre los santos… en Jerusalén (Romanos 15:26 Porque Macedonia y Acaya tuvieron a bien hacer una ofrenda para los pobres que hay entre los santos que están en Jerusalén.).
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