
Pero Dios .. Juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. (Efesios 2:4, 6)
Por tanto, debemos permanecer sentados confortablemente en el trono -nuestro trono de autoridad por medio de Cristo-, con sentido de pertenencia y propiedad, con el propósito de ejercitar autoridad para reinar y gobernar. En pocas palabras, Jesús les dice a Sus discípulos: "No se vayan, quédense, hasta que aprendan a sentarse cómodamente en un trono, desde el cual van a gobernar". Entonces Él les dio ese poder y autoridad.
He identificado tres razones por las cuales Jesús nos llama a sentarnos en un trono:
• Para gobernar en el mundo político con autoridad (Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Mateo 19:28)
• Para gobernar en el mundo legal y judicial ( Entonces Pilato, oyendo esto, llevó fuera a Jesús, y se sentó en el tribunal en el lugar llamado el Enlosado, y en hebreo Gabata. Juan 19:13)
• Para gobernar en el mundo espiritual (En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos Mateo 23:2)
La frase "sentarse en el trono" debemos aplicarla de forma similar a como es usada en la cita que nos enseña que Cristo está sentado a la diestra del Padre. (Vea Colosenses 3:1
Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios.,
Marcos 16:19, Lucas 20:42 y Salmos 110:1).
Dios ... asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. (Efesios 2:4, 6)
Cuando Jesús enseñaba lo hacía sentado en el trono deDios y hablaba las palabras del Padre; por eso enseñaba conautoridad. Nosotros tenemos que aprender a hacer lo mismo.De hoy en adelante, cada vez que usted hable, enseñe o predique,aprenda a sentarse en el trono de autoridad; de esta manera
tendrá el respaldo de Dios. El propósito de la resurrección de Jesús fue ascender al cielo para sentarse en el trono y desde allí enviarnos al Espíritu Santo. Ahora nos toca a nosotros,