Principios
La tierra es gobernada por principios, y nada se mueve sin ellos. Nosotros operamos por principios hasta que recibimos una revelación y somos completamente transformados.En público mostramos la parte de nosotros mismos que queremos que la gente vea. Es por eso que se puede conocer a alguien —como un colega—, pero nunca realmente conocer a esa persona. Por tanto, cuando el corazón no está envuelto en ello, no hay compromiso hacia una persona o una visión. Pero Dios exige nuestro compromiso, porque sin él, Dios no se compromete.
Los cielos no se comprometen hasta que la tierra se compromete.
Es posible estar en un lugar donde la presencia de Dios es manifestada y no sentirla o reconocerla. Cuando eso pasa, es un signo que usted está apartado de Él, incluso si usted mismo no se ha dado cuenta. Cuando su corazón es dominante y no ha sido circuncidado, no sentirá la presencia de Dios —usted se sentirá a sí mismo más de lo que siente a Dios, porque se habrá convertido en más real que Dios—. ¡Ese es un lugar peligroso! En la Biblia, Dios habla mucho acerca del corazón. Si el corazón no fuera importante, Él no tendría que mencionarlo tanto.
Corazón
La relación con su cónyuge e hijos está basada en su corazón. El dar y su compromiso con Dios también se basan en el corazón. Es posible hacer algo y que su corazón no esté en eso, lo cual básicamente significa que lo que usted hace, o cómo se comporta, es pura formalidad y rito, y no hay un compromiso real. De esta forma usted evita ser herido.Cuando su corazón se endurece, usted no puede estirar la mano y sentir. Si usted no siente nada por su pareja, su atención se dirige a otra parte, incluso no sabe cuando su cónyuge está dolido. Sin embargo, cuando se compromete con alguien, usted puede sentir el dolor y la herida de esa persona.
Sin amor, la fe es limitada. Jesús fue movido por la compasión y la compasión motiva la fe. Si otra cosa que no es compasión mueve su fe, no podrá ver la plenitud del poder de Dios. Podrá decir y confesar las cosas correctas, pero nada pasará. La fe es movida nada menos que por el amor de Dios, y Su amor es una condición del corazón. Cuando su amor es mecánico, no se compromete, y cuando el corazón está protegido, no puede recibir del cielo y, finalmente, termina viviendo por principios. No hay nada malo con los principios, pero muchas iglesias están llenas de principios sin poder.
Si su corazón no está involucrado, no durará. Dios habla fuertemente al corazón. Cuando Él habla acerca de relaciones, adoración, el dar, o cualquier otra circunstancia de la vida, Él apunta al corazón y no a la cabeza.
LA CONFIANZA es un aspecto del corazón que lo llevará muy cerca de la presencia de Dios.
La confianza y el corazón
Confianza es una palabra de pacto. Usted confía en Dios en las áreas que le conoce, no en las áreas que lo desconoceUsted puede amar a su cónyuge con todo su corazón, pero cuando la relación matrimonial se rompe, el asunto no es de amor sino de confianza. Mucha gente quiere amar, pero están tan heridos que es difícil para ellos confiar. Cuando un corazón está herido o roto, amará a la distancia, pero no confiará. ¡La confianza es importante!
El corazón endurecido
Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. (Proverbios 3:5-6)Su corazón es la parte más sagrada de usted.
Cuando el corazón se endurece, no tiene la vida , y la fe no fluye. Todo lo que hace se convierte en mecánico. Cuando usted está sufriendo, se cierra a todo y a todos. Usted deja de crecer y vuelve a ser la persona que solía ser —su viejo yo—, y a hacer lo que solía hacer. Cuando el viejo hombre renace, se empieza a conformar inconscientemente al dolor y las circunstancias.
¿Cuántos de ustedes dejan de hacer algo por lo que les sucedió en el pasado? ¿El dolor se los impide? ¿Están luchando en su relación? ¿Por qué no dejan que Dios circuncide — remueva lo que ha estado protegiendo— su corazón, para que el corazón pueda llegar a ser puro, una vez más? Recupere su inocencia a través del amor de Dios.
Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios. (Mateo 5:8)